La razón es porque si retiramos dinero una vez iniciada nuestra inversión, porque lo vamos a usar para comprar un coche o organizar nuestra boda, variamos nuestra estrategia, afectamos al interés compuesto y, además, por cada céntimo de plusvalía que hayas obtenido pagarás a hacienda un un 19% hasta 6.000€, un 21% hasta 50.000€ y un 23% por encima de los 50.000€ de beneficio.
Ojo, este impuesto por los beneficios solamente lo pagarás si retiras dinero, pero si este se reinvierte, no pagarás nada. De ahí que yo invierta en fondos de acumulación.
En cambio, no ocurriría lo mismo si tu estrategia de inversión se basa en el cobro de dividendos (yo no invierto así), en la cual cada vez que las empresas pagasen esos dividendos (parte del beneficio de una empresa que se entrega a los accionistas en efectivo), tendrías que pasar por caja para pagar a hacienda los correspondientes impuestos, perdiendo una parte de tus ganancias incluso antes de tenerlas.